El intercambio “me sirvió como experiencia de vida, para conocer otra cultura. En Cuba el ‘choque cultural’ es muy grande. En la Universidad son muy cálidos y académicamente me permitió realizar muchas prácticas”, remarcó.

Sancti Spiritus es la ciudad capital que lleva mismo nombre que la provincia que la contiene. Está situada en el centro de Cuba, a 500 km de La Habana. Tiene aproximadamente 120 mil habitantes y “es muy tranquila, como toda Cuba”, remarca Pablo. “A algunos kilómetros se pueden ver cerros y un paisaje selvático”.

Sobre su paso por la Facultad, Pablo sostuvo que tuvo oportunidad de conocer varias industrias lácteas con un profesor de Microbiología que lo guiaba: “Vi cómo funcionaban las industrias lácteas y los tambos. Utilizan vacas de raza Siboney que producen 5 litros de leche. Cuando decía que en nuestra región producen 25, no lo podían creer”.

Sobre algún consejo que pueda dar a estudiantes, sostuvo que “van a conocer una cultura totalmente distinta, si van bien predispuestos, todo resulta fácil. La gente es muy cálida, muy buena, no hay inseguridad, ni drogas. Los argentinos somos muy bien recibidos”, dijo finalmente.