Marcela Rebuelto visitó la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV-UNL) para brindar una charla sobre Bioética aplicada a la investigación científica. Fue en el marco de las actividades organizadas por la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología de la UNL en conmemoración del Día del Investigador Científico.

Compartimos una charla con Marcela Rebuelto quien es Médica Veterinaria, Dra. de la Universidad de Buenos Aires, especialista en bioética (FLACSO) y docente de posgrado de la Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA.

-¿Qué lugar ocupa la bioética en la investigación?

-La parte de bioética es esa instancia cuando uno se detiene a pensar si esto está bien o está mal; qué estoy haciendo y para qué lo estoy haciendo. Son esas preguntas hacia la investigación que generalmente no hacemos. Por lo general decimos que la ciencia es neutra; yo hago mis investigaciones y sigo hacia adelante. Esa postura ya no es aceptable. Ahora la sociedad critica, comenta, pide. Hay que empezar a mirar de otra manera la ciencia no ya de la manera empirista, de análisis de los hechos e hipótesis aprobadas y rechazas, sino desde lo que estoy haciendo y con qué lo estoy haciendo. Nuestro caso es más particular porque trabajamos con animales. Esto tiene más implicancia que si yo trabajase como los químicos, con probetas, con una computadora o cálculos. Pero resulta que nosotros hacemos investigaciones con seres que son capaces de sufrir. Y esto nos pone más dentro de la bioética que nadie. Porque estamos con una responsabilidad que no la tienen otros investigadores.

 

-¿Cómo se involucra veterinario, investigación y bioética? ¿Es un triángulo difícil?

-Es un triángulo absolutamente necesario. Siempre he pensado que donde hay animales para investigación, tiene que haber un veterinario. Hay una gran cantidad de animales de laboratorio que son usados en la investigación científica totalmente desprotegidos de la acción de un veterinario. Por eso creo que ciencia, veterinario y animal tienen que ir de la mano.

 

-¿Hay mucho por recorrer aún en esta disciplina?

-En relación a ese aspecto de la ciencia, muchísimo.  Y agrego por qué. Ratas y ratones son en realidad el eje del conflicto. ¿Por qué digo esto? Cuando se hace investigación con vacas, caballos, llamas, normalmente las llevan adelante veterinarios. Y los veterinarios saben tratar al animal. Saben cómo sacarles el dolor; saben reconocer el dolor; saben cuál analgésico, antiinflamatorio, queda en reposo o le doy tal comida.  La gran experiencia que surge de ratas y ratones va dirigido a mejorar la salud humana. A veces, se cometen errores porque se desconoce la biología del animal, sus síntomas de estrés o de dolor; o se confunden cuando le proporcionan un anestésico, un antiinflamatorio o analgésico. Entonces, se tienen trabajos de investigación fallidos no por mala voluntad del investigador, sino porque hubiese hecho falta la participación de un veterinario.

 

-¿Es importante el trabajo interdisciplinario?

-La bioética ya se define como inter; es una rama de la filosofía. Pero donde se da cabida a muchísimas disciplinas. Vas a oír hablar a abogados, médicos y afortunadamente se van a empezar a escuchar voces de veterinarios, filósofos y otros profesionales más. Entonces es una rama de la filosofía donde muchas disciplinas opinan y si opinan dentro de su campo es bienvenido. A veces opinan fuera de su campo y se cometen errores. Pero si cada uno atiende su disciplina, la cosa puede salir maravillosamente bien.