Hasta el 14 de febrero pasado, la gripe aviar era una enfermedad exótica en la Argentina. Pero la detección del primer caso en el norte de Jujuy, cerca de la frontera con Bolivia, encendió las alarmas. La preocupación aumentó luego de confirmarse la muerte de más de 220 mil aves en Río Negro y 20 mil ejemplares afectados por el virus en una granja avícola en Mar del Plata. En nuestra zona también se registraron casos.

Para esclarecer la información sobre el problema sanitario, despejar dudas y llevar tranquilidad a la población, conversamos con el Médico Veterinario Yari Lucerna, especialista en avicultura e integrante de la cátedra de Producción de Aves de la FCV.

¿Qué es la gripe aviar? ¿Cómo y porqué llegó a nuestro país?
“La gripe aviar es un virus influenza que afecta a las aves. Esta enfermedad centenaria se presentaba mayormente en Asia, Europa y Estados Unidos. Era exótica para la Argentina. Pero el 14 de febrero se detectó el primer caso en la provincia de Jujuy, en aves silvestres. Y a partir de entonces perdimos el status de país libre. Lo que sucedió es que, con el cambio climático y la escasez de agua, las aves silvestres migraron hacia el sur y así este problema llegó a la Argentina”.

¿Se puede contagiar a los humanos? ¿De qué manera?
“Si bien el virus H5 y H7 es propio de las aves, también es potencialmente zoonótico porque puede afectar a humanos y mamíferos. Pero es difícil que suceda. Para que el contagio se dé, la persona debe tener contacto directo con una alta carga viral. Es decir, con animales enfermos. Es poco común el contagio de persona a persona”.

¿En qué escenarios se puede propagar la gripe aviar?
“Hay tres escenarios posibles donde podemos encontrar la gripe aviar. Lugares donde hay aves silvestres que migraron desde el norte hacia el sur. Sitios donde habitan aves de traspatio, que son las que podemos tener en el fondo de la casa, en un campo, en un tambo, en zona rural. Y por último en establecimientos de la industria avícola”.

¿Qué medidas de prevención se deben tomar en cada escenario?
“Si no tengo contacto con aves, igual debemos tener cuidado por ejemplo si vamos a pescar y encontramos animales muertos como patos, cisnes, pavos, gallaretas. Lo que se recomienda es no tocarlos y avisar a SENASA que va investigar si esas muertes son por contagio del virus influenza. A los pequeños productores se les sugiere que traten de evitar el contacto de sus animales con aves silvestres. Para eso hay que tratar de encerrarlas, por ejemplo construyendo un pequeño gallinerito. En el caso de la industria avícola, estamos más preparados, porque las granjas tienen sistemas de bioseguridad, desinfección de vehículos, cambio de ropa para el personal y elementos de protección”.

¿Cómo son los protocolos y medidas de acción ante un caso detectado?
“El organismo competente es el SENASA, que es el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria. Si se detectan animales muertos hay que avisar al SENASA para que investigue. Ellos inmediatamente hisopan a los animales muertos y se llevan muestras para analizar. En el caso de traspatios o establecimientos industriales, lo que se hace una vez que se detecta un caso, es contener a los animales infectados estableciendo un cordón sanitario, para que no tengan contacto con otros animales”.

¿Cuál es el impacto económico de la gripe aviar en Argentina?
“El impacto es inevitable. Chubut y Río Negro están sufriendo desabastecimiento de huevos, porque la llegada de la gripe aviar afectó a dos empresas importantes de la zona. Con los pollos pasa lo mismo. En Mar del Plata y Buenos Aires hay una merma en la producción. Esto obviamente lleva al aumento de precios. Estamos pidiendo vacunas para evitar que el único método de contención sea el sacrificio de los animales”.

¿Por último, esta coyuntura impacta en el consumo de pollos y huevos?
“El consumo de pollos y huevos está culturalmente incorporado. La gripe aviar en ese sentido no representa ningún riesgo. Antes el pollo se comía cada tanto. Hoy es una comida habitual, de todos los días. Una razón es el precio: por más caro que esté es la proteína más barata que existe. El otro motivo es la salud: no hay médico o nutricionista que recomiende restringir el consumo de huevo o pollo, porque estos alimentos brindan una proteína magra y completa”.